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miércoles, 1 de octubre de 2008
APADRINA UN NIÑO CON LA FUNDACIÓN VICENTE FERRER

1. El compromiso del "apadrinamiento"
Cuando apadrinas tienes la oportunidad de conocer el valor real de tu ayuda a través de la vida de un niño y su familia.
El apadrinamiento no implica ningún derecho legal sobre el niño, es decir, no supone ni una adopción ni un tutelaje, sino que es una forma de colaborar con la Fundación Vicente Ferrer (FVF) que permite realizar el seguimiento del desarrollo del proyecto y los beneficios que conlleva para toda la comunidad, a través de los ojos de un niño.

2. ¿A qué se destina tu aportación?
La aportación mensual que cada padrino realiza no se asigna directamente al niño apadrinado, ya que su progreso no puede ser aislado, sino que debe pasar por el progreso de su familia, de las familias de su poblado y de todas las familias del entorno en el que vive. Así pues, la aportación mensual de los padrinos y madrinas que tiene la Fundación se destina a un único fondo que se utiliza en acciones para los niños, las familias, los pueblos y, en general, para toda la comunidad dálit y grupos tribales de Anantapur que participan en el proyecto.
Con este dinero, se realizan diferentes actuaciones dependiendo del grupo de destinatarios:
Todos los niños de los poblados que participan en el proyecto de la Fundación reciben asistencia médica. Además, los niños que asisten a la escuela de refuerzo de la Fundación reciben un uniforme y material escolar una vez al año.
Aquellos niños que por diversos motivos no van a la escuela, tienen la posibilidad de asistir a cursillos o campamentos especiales para aprender a leer y escribir.
Los niños apadrinados, además de todo esto, también disponen de una cartilla de ahorros personal, proyecto impulsado por la Fundación y basado en las aportaciones de los padrinos de forma totalmente voluntaria.
Por otro lado, todos los niños con discapacidad, estén o no estén apadrinados, disponen de una atención especializada en centros de la Fundación, certificados médicos, de una pensión vitalicia, así como de otros recursos específicos para la inserción social y familiar.


Todas las familias de los poblados que participan en el proyecto se benefician de asistencia médica, formación higiénica, vacunación y medicina preventiva y, además, tienen la posibilidad de acceder a todas las actividades de la organización encaminadas al desarrollo social y económico como construcción de viviendas, sistemas de crédito para realizar pequeños negocios o plantaciones, trabajo en distintos proyectos agrícolas y ecológicos, trabajo en talleres artesanos, etc.


Los pueblos de Anantapur que participan en los proyectos, que actualmente son más de 1.800, disponen de recursos educativos (centros comunitarios utilizados como escuelas), recursos sanitarios (trabajadoras de la salud, médicos y enfermeras rurales, centros de atención primaria), recursos para la integración social de todos los colectivos (talleres de ortopedia y rehabilitación, shangams o cooperativas de mujeres, microcréditos para la mujer, centros especiales para niños con discapacidad), recursos agrícolas (pozos, plantaciones de árboles frutales, embalses, Fondo Permanente para la Sequía), y todo tipo de recursos para un desarrollo equilibrado de la región, implementados gracias a una organización social de los habitantes en asociaciones que representan los intereses de la comunidad.
En el ámbito general, la FVF dispone de una red de asistencia sanitaria primaria y secundaria, que va desde las trabajadoras de salud hasta hospitales, una red de centros para personas con discapacidad psíquica y un proyecto ecológico global de gran envergadura.


Así pues, el hecho de apadrinar a un niño, repercute en toda la comunidad donde crece y se desarrolla y, por lo tanto, apadrinar a un niño significa vincularse a la comunidad dálit de Anantapur, colaborando en su desarrollo, en su proceso de transformación, siendo cada uno de nosotros, con nuestra aportación, quien consigue "transformar la sociedad en humanidad".

3. La educación en la comunidad dálit
La Fundación Vicente Ferrer siempre ha trabajado con el convencimiento que una de las armas más importantes para el desarrollo de la comunidad dálit, marginada dentro del antiguo sistema de castas, era la educación.
La educación permite a los jóvenes tener un abanico más amplio de posibilidades a la hora de escoger un trabajo u oficio, a la vez que contribuye a que toda la comunidad prospere. Sin embargo, debemos tener en cuenta que entre los dálits y grupos tribales, mayoritariamente campesinos, los trabajos en el campo o los oficios artesanales constituyen aún hoy en día la principal fuente de ingresos, con lo cual, no es de extrañar que en las condiciones extremas con las que estamos trabajando, muchas familias necesiten la ayuda del trabajo de los niños para salir adelante, o que éstos prefieran el oficio de campesino, paleta o carpintero en vez del de médico, químico o economista.
Por lo tanto, los padrinos no deben desilusionarse o sentirse tristes si los niños que tienen apadrinados deciden abandonar la escuela. La realización de un oficio como el de campesino o artesano no debe considerarse un fracaso, sino una alternativa tan buena y útil como la de decidir cursar estudios secundarios y universitarios.
posted by 64Razones @ 0:42  
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